CULTIVO FASCISTA: ERRADICAR LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Por Dora Barrancos *

Este 8 de marzo, cualquiera sea el acontecimiento que finalmente lo fijó en el almanaque -hay diferentes versiones-, nos ha desafiado en la actual tenebrosa coyuntura con un puñado de deberes orientados hacia un obstinado desacato a las políticas detractoras Sí, tenemos obligación de mirar hacia atrás para apreciar cuánto hemos obtenido gracias a nuestra acción colectiva, pero sobre todo para darnos bríos, confianza y determinación en la defensa de nuestros derechos y delinear pasos más osados. Estamos transitando un ciclo planetario de amenazas regresivas pues asistimos al resurgimiento de profetas reaccionarios y poderosos, toda vez que el sistema capitalista ha profundizado su fisonomía concentrativa y excluyente, y está en riesgo el propio sistema democrático. Nuestra región latinoamericana se ha convertido en la geografía más desigual del planeta, los datos nos hablan del ascenso perverso de la formas concentrativas: más del 85% de los recursos están en manos de menos del 20% de la población. Y lo notable es que esta saga de ampliación de la brecha de la injusticia social se incrementó después de 2008, cuando se vivía una aguda crisis económica y financiera que parecía no dar respiro al capitalismo. Está bien comprobado que la desigualdad estructural golpea con más contundencia a las mujeres y a las disidencias sexo-genéricas, a quienes tienen mayores dificultades de acceso y permanencia en el mercado laboral formal. La contracara de la concentración de riquezas es el aumento de los niveles de pobreza y de precariedad en nuestros territorios, una demografía soez de exclusiones donde son mayoría las mujeres, las niñeces, la diversidad sexual y de género, reforzada sobre todo por las circunstancias étnicas. Pero no se trata sólo de la pobreza extendida, sino de su justificación, del sintagma que se articula en torno de una aseverativa ignominiosa: la “justicia social es un robo”. La verdad es que no sólo están severamente retados preceptos humanistas y desde luego las concepciones ideológicas y políticas que anclan en el socialismo, en formulaciones progresistas, populistas, sino que quedan defenestrados los cauces liberales empeñados en reunir libertad y equidad.  En la desventurada expulsión de todas las concepciones ideológicas y políticas que tienen al menos alguna sintonía con la equidad, no puede sorprender  que también la “ex comunión” haya recaído en las renovaciones liberales, en figuras como John Rawls, Will Kymlicka, Michael Walzer.

La gobernanza de ultra derecha que nos ha tocado en mala suerte – y no quiero detenerme en los factores concurrentes que le permitieron acceder por la vía democrática del voto -, en consonancia con las fuerzas de igual signo que pululan por el mundo, ha convertido a la perspectiva de género en el blanco de una hazañosa persecución con pretensión de su derrocada. Reitero una vez más que la más conspicua  novedad de las extremas derechos es haber incorporado programáticamente su repulsa al feminismo y a las vertientes que abonan la pluralidad sexo genérica e impugnan el binarismo esencialista. Hay que escuchar en diferentes estrados las bravatas dogmáticas, ignorantes, hirientes de quienes patriarcalmente empoderados se ufanan, con indecorosa supremacía, en el proyecto de eliminación de las prerrogativas duramente conquistadas. Seguramente el climax de las conductas desorbitadas ocurrió en el mensaje del Presidente Milei en Davos, temerariamente envalentonado con las posiciones de Donald Trump y su equipo – en el que es rutilante la figura  Elon Musk probablemente uno de los hombres más poderosos del planeta- , que expresan manifiesta animadversión contra lo que en el área anglosajona se manifiesta como postura “woke”. Esta sigla, no usual entre nosotros hace hasta hace muy pocos años,  indica una ideología “radical” a favor de los derechos de las  mujeres, de las disidencias sexo genéricas, anti racista, que como se ha indicado no debería confundirse como feminista y menos embanderada con un programa socialista.  Creo que el empleo del término “woke”, paradójicamente tiene que ver más con su antónimo, “anti woke” si se observa la estridencia empleada por quienes se alinean en esta vereda. El discurso de Davos esta vez no fue ni tan sorpresivo ni tan desaprensivamente asimilado por la mayoría de los asistentes, al menos de la Unión Europea. En primer lugar porque Milei ha pasado a ser una figura que ya no tiene el aura original de la figura bizarra y disrruptiva de un año atrás en el mismo escenario, y en segundo lugar por la exacerbación de su condena a las personas homosexuales a quienes acusó de pedófilos, supongo que delante de un auditorio en que algunos/as se sintieron directamente atacados. Sorprende la absoluta falta de límites en su incontinencia verbal y la de quienes lo asesoran – y le arman el discurso -, la impertinencia con que vocifera, sobre todo en foros internacionales, atacando a mansalva, sin importar las injurias que produce entre sus eventuales contertulios.

Los efectos de  Davos se hicieron sentir notablemente en nuestra sociedad que se movilizó de manera contundente, por la masividad y la heterogeneidad de quienes se manifestaron, el 1 de febrero en todos los puntos del país.  Fue una señal de hartazgo  frente al retroceso de derechos  y no sólo de las mujeres y las disidencias.  Múltiples condiciones de sujetos fueron interpelados por la hostilidad de Milei y su gobierno.  De tal modo que asistimos a una de las más numerosas manifestaciones de las tantas que han venido ocurriendo en la era Milei. Repaso la posición antigénero que las representaciones argentinas han manifestado[1] en los foros internacionales y que han dejado impávidos a  propios y ajenos

La primera actuación en línea con el giro copernicano protagonizado por Milei correspondió a la Embajadora ante la OEA, Sonia Cavallo quien en la Asamblea del mes de junio 2024 objetó entre otras cuestiones, las inherentes a derechos humanos ya la perspectiva de género a propósito de la situación de Haití[2]. Se dio un cruce de palabras entre Cavallo y  Frank Mora, representante de Estados Unidos en la OEA. La propuesta dice que es necesario “abordar las crisis humanitarias, proteger y garantizar los derechos humanos y abordar todas las formas de violencia, incluida la violencia sexual y de género, siguen siendo requisitos esenciales para los preparativos de elecciones libres y justas en Haití”. El Embajador norteamericano recordó la tradicional posición de Argentina frente al cambio que ahora presentaba y defendió la redacción de “abordar todas las formas de violencia, incluida la violencia sexual y de género”. Pero Sonia Cavallo fue inflexible en cumplir con las órdenes recibidas de la Presidencia  de la Nación. Las objeciones no terminaron allí, se repitieron toda vez que una resolución  mencionaba “perspectiva de género”, como ocurrió con la cuestión concerniente a la paz y la seguridad hemisférica.

Otra de las iniciativas tratadas en esa Asamblea de la OEA, que fue rechazada de modo absoluto por la representación de Argentina, tuvo que ver con la defensa del medio ambiente. La resolución no suscrita por la Embajadora dice en sus párrafos centrales:

“Condenar de forma enérgica todo acto que impida o dificulte de forma arbitraria, directa o indirectamente, las tareas que desarrollan las defensoras y los defensores de los derechos humanos en las Américas, incluido las y los defensores del medio ambiente, así como las y los defensores indígenas de esos derechos, contra todo acto de represalia, la violencia, y la criminalización de su trabajo, el acoso, la intimidación, los ataques, la tortura, la desaparición forzada, la detención y el encarcelamiento arbitrario, el asesinato y todas las demás formas de abuso de los derechos humanos que cometen agentes estatales o no estatales, entre otros”[3]

El otro hecho que no puede dejar de mencionarse fue la alocución de Milei por ocasión del 79° Periodo de Sesiones de la ONU en setiembre, donde entre otras cuestiones desafiantes contra la propia organización –como su oposición radical a la Agenda 2030 -, sostuvo con el mismo énfasis profético que le es habitual: “Por eso, quiero hacer una advertencia: estamos ante un fin de ciclo. El colectivismo y el postureo moral, de la agenda woke, se han chocado con la realidad y ya no tienen soluciones creíbles para ofrecer a los problemas”. No merece comentarios este fraseo grosero y provocativo.

La última deplorable actuación de nuestro país en la ONU es muy reciente, ocurrió en la 69 º reunión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) que se inició el lunes 10 de marzo, especialmente dedicada al balance de las tres décadas transcurridas desde el encuentro de Bejing (1995). Por un lado la representación argentina llevó un informe arrogándose medidas sobre derechos femeninos que se refieren a lo actuado hasta justamente el arribo del Gobierno Milei, y por otro Argentina se sabe que el próximo 21 de marzo, en ese foro, rechazará  el término género en todos los párrafos en que aparezca en la declaración, y se opondrá a referencias sobre las consecuencias del cambio climático, tal como ha venido haciéndolo en las sesiones de análisis.

Este 8 de marzo, que ha transcurrido en la crepúsculo de nuestros derechos, nos obliga a un empinamiento de la resistencia que consiste no sólo en la defensa de lo obtenido, sino en una apuesta obstinada a multiplicar la demanda, a hacer exponencial el reclamo de equidad, a no permitir que la presunción del efecto rebote paralicen nuestras exigencias de vivir paritariamente. Esta lúgubre coyuntura se diferencia mucho de las que pudimos vivir en democracia, porque no sólo nos amarramos defendiendo contra viento y marea lo que alcanzamos, sino que la apuesta es exponencial: exigimos más derechos, respeto y dignidad.

* Dora Barrancos es una investigadora, socióloga, historiadora, educadora y feminista argentina


[1] Voy a introducir parte del texto que escribí para la revista CIUDADANAS (en prensa)

[2] El Presidente Milei exoneró a Sonia Cavallo de su cargo ante la OEA, una acción retaliativa contra las posiciones de su padre, el ex Ministro Domingo Cavallo quien ha manifestado diferencias de enfoque con la política económica del Presidente (10/02/2025)

[3]Nota de  Roman Lejtman en “Infobae”, 22/06/2023