DOLARIZACIÓN

El PresidenteMilei propone como alternativa una dolarización unilateral de la economía argentina, como propuso Menem en 1999, aunque el proyecto no concita ni del apoyo popular ni siquiera de economistas ligados al establishment. Incluso señaló sus reparos recientemente Gita Gopinath, Subdirectora Gerente del FMI y que reporta a la Secretaria del Tesoro de los EE.UU. Janet Yellen.

Alejandro Vanoli *

La dolarización unilateral es un régimen monetario que implica la desaparición de la moneda nacional y la adopción del dólar como única moneda de circulación legal en el país. Este régimen solo está vigente en menos de 12 países en el mundo. Salvo Hong Kong ninguno relevante.

Para los defensores de la dolarización, se eliminaría el riesgo cambiario, la inestabilidad financiera y la inflación suprimiendo la moneda nacional.

Si se analiza la experiencia de Ecuador y El Salvador países de la región que adoptaron el dólar como moneda en los últimos 20 años, fuera de Panamá que dolarizó en 1903 a instancias de EE.UU., no se observan ganancias ni en crecimiento, equidad ni en sector externo en los 20 años de dolarización.

Más allá que una dolarización implicaría una gran devaluación (no menor al 50%), fuera de cuestiones coyunturales la dolarización agravaría una serie de problemas estructurales de la economía nacional.

Pérdida de instrumentos para reducir los shocks internacionales:Una dolarización implica renunciar a instrumentos de política monetaria y cambiaria que permiten amortiguar shocks y hacer políticas anticíclicas. Las crisis han demostrado que los países con mayores instrumentos de política pueden atravesar mejor las crisis globales. La depresión estructural de Grecia atada al euro sin poder devaluar para mejorar su competitividad es un claro ejemplo de una trampa que perpetúa el estancamiento y el endeudamiento.

No reduce totalmente la inflación:Por otro lado, la dolarización no reduce la inflación. Los precios de los bienes y especialmente servicios no transables y las claras diferencias de estructura de mercado impiden un ajuste automático de los precios a la inflación de EE.UU.

El país pierde competitividad:Por otra parte, se queda atado al ciclo de los Estados Unidos o del país de la moneda patrón sin poder compensar los efectos de devaluaciones o apreciaciones de dicha moneda. La dolarización impide tener ganancias de competitividad, situación que puede agravarse si la productividad del país no supera a la del principal país hegemónico, que cuenta con una supremacía militar financiera y tecnológica para ser muy productiva. La experiencia de la Convertibilidad que fue un experimento menos profundo que dolarizar, exitosa para bajar la inflación, pero muy negativa en términos de desempleo estructural, distribución del ingreso, déficit fiscal y externo, además de endeudamiento es claramente ilustrativa.

No reduce la restricción externa:Así la dolarización no reduce la restricción externa al desalentar las exportaciones, suprimiendo el síntoma de los desequilibrios en este caso el tipo de cambio, pero no el problema estructural.

Se genera fragilidad en el sistema bancario:Además, con dolarización no habría un prestamista de última instancia lo que impide reducir el riesgo sistémico del sistema financiero, ya que es imposible que el Sistema de Reserva Federal acepte ser prestamista de última de instancia del sistema financiero argentino como no lo es de otros países.

No soluciona el tema fiscal ni la presión de la deuda:Tampoco la dolarización resuelve de por si los desequilibrios fiscales, ligados al crecimiento de la economía que depende del consumo, inversión y exportaciones, factores de demanda que se verían comprometidos por la dolarización. Desaparecen los ingresos por señoriaje y tampoco soluciona los problemas de endeudamiento ni el riesgo de default.

Por lo demás la dolarización solo podría ser posible con una maxidevaluación que licuaría sustancialmente los ingresos populares, generando una crisis social sin precedentes, espiralizando la inflación y luego cristalizando un país fracturado, con desaparición de sectores productivos con valor agregado y aumentando la pobreza y la desigualdad, además del impacto de un mayor peso de la deuda por la devaluación.

Sí es necesario un plan de estabilización que ataque todas las causas de la inflación. Y avanzar en un proceso de remonetización de la economía y recuperación paulatina del peso como reserva de valor. Recuperar la moneda nacional, y no dolarizar la economía ni mucho menos una dolarización monetaria plena.

Este es el camino que transitaron Brasil y Chile luego de procesos de elevada inflación, que mantienen sistemas financieros en moneda local  y que permitieron a diferencia de países que dolarizaron sostener procesos de crecimiento y de mayor equidad.

La introducción de un peso digital (CBDC) en el marco de un plan de estabilización y crecimiento que revierta las expectativas devaluatorias y dolarizadoras, puede ser la bala de plata de Argentina para revertir el actual contexto de elevada inflación con recesión.

* Alejandro Vanoli es economista y fue presidente del Banco Central de la RA