LA SOCIEDAD ARGENTINA ANTE LA NUEVA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA

Alfredo Di Pato *
La humanidad está transitando por una nueva etapa en el desarrollo de las tecnologías, particularmente en lo concerniente al soporte de las telecomunicaciones. 

Mediante el desarrollo tecnológico, evolucionamos en las telecomunicaciones, desde  el momento en que dos personas intercambiaban un diálogo a distancia vía telefónica, hasta la actualidad: Los antiguos aparatos telefónicos son reemplazados por terminales para el  acceso a la Nube de internet (dispositivos electrónicos como celulares, tablets, notebooks, etc), que nos permiten interactuar con otras personas como con elementos del medio que nos rodea (dispositivos electrónicos personales, artefactos del hogar, automóviles, máquinas  y herramientas en sistemas de producción, etc.). 

Hoy, está en plena expansión la tecnología de transmisión de datos conocida popularmente como 5G. La misma cuenta con características especiales (alta velocidad de transmisión de datos, y baja latencia) que la convierten en una herramienta idónea para potenciar la transformación digital de la sociedad y la economía. 

Esta tecnología, y las que se desarrollen a partir de ella, nos dan la oportunidad de alcanzar una infraestructura que mejore nuestra calidad de vida. En ello, el Estado no debe estar ausente, de ser así, serán otros quienes los usufructúen sus beneficios en nuestro detrimento. 

Queda claro que entramos en una nueva sociedad donde la producción, comunicación e interacción con el medio, ya no serán las mismas.  Basta con comparar cómo eran hace 10 o 20 años atrás, para ver el cambio y las transformaciones alcanzadas.

La infraestructura adecuada y la tecnología 5G harán que el Internet de las Cosas sea de aplicación masiva e impulsarán aún más la Inteligencia Artificial y sus aplicaciones, solo por mencionar algunos de los posibles avances. Mejorará y facilitará, todavía más, la educación, la medicina, los modos de producción y trabajo, la interacción con aparatos hogareños, etc.

Hasta aquí, hemos hecho una breve introducción. Pero particularmente, me interesa destacar dos aspectos de la nueva era tecnológica que no podemos dejar de considerar: como ha sido siempre, toda nueva tecnología aplicada a la producción o servicios, conlleva un incremento de la productividad y por ende de las gananciasde la actividad en que se aplique. Por otro lado, la gerencialización o administración de las redes que soportan las nuevas tecnologías y aplicaciones, hacen a la soberanía de un Estado nación. 

Como trabajadores y ciudadanos, debemos buscar que el incremento de la productividad que conllevan estos nuevos modos de producción, se traduzcan en mejores condiciones de trabajo (tipo o modalidades de relación de dependencia, carga horaria, salarios directos e indirectos, etc.). En definitiva, que redunden en una mejor calidad de vida tanto individual como colectiva, la contracara de esto sería que solo se aumenten las arcas del capital ampliando más la desigualdad distributiva y social. 

Los soportes para la transmisión de las nuevas tecnologías son las redes existentes o a crearse, son físicas (Fibra Óptica principalmente) como del espectro radioeléctrico (radio bases y/o redes satelitales), por lo tanto, la propiedad, administración y/o gobierno de ellas hacen a la Soberanía. 

En Argentina, en materia de telecomunicaciones, en los periodos de los gobiernos populares del peronismo, se llevaron adelante políticas de investigación y desarrollo de tecnologías, articuladas con Universidades Públicas e institutos de investigación asociados, que permitieron llegar, entre otros logros, a la conformación de la empresa ARSAT (Argentina Satelital). Empresa que en articulación con INVAP (empresa de propiedad del estado de Río Negro) que proveyó satélites de comunicación, se implementaron políticas públicas que llevaron hasta las zonas más alejadas de los centros urbanos los beneficios de estas nuevas aplicaciones y tecnologías, achicando la brecha digital (mayor población con acceso a internet). Además, de abaratar los costos de acceso e interconexión a las redes para la población en general, propiciando la tan necesaria Alfabetización Digital. 

La empresa ARSAT es el mejor ejemplo para visualizar los dos modelos de gestión, donde el desarrollo y aplicación de la investigación tecnológica, pueden jugar en favor del pueblo o de las corporaciones. 

Desde la constitución de la empresa, además de la puesta en órbita de satélites propios para diversos usos en telecomunicaciones, se construyó una red de fibra óptica de alta calidad y capacidad de transporte (más de 35.000 km) que interconecta las distintas regiones del país con un sentido federal proveyendo servicios a costos muy inferiores a los que podrían haber ofrecido cualquier empresa privada, en caso que hubiese decidido llegar con sus servicios a estas zonas con baja densidad poblacional.

La red construida por ARSAT, sumada a las que hicieron otros prestadores, son el soporte de servicios a la población en su conjunto. Teniendo, con ARSAT, el Estado una empresa testigo y rectora en un mercado tan importante para nuestro desarrollo integral. 

La venta de la empresa, su desarticulación, degradación, desmembramiento o utilización en beneficio de determinadas multinacionales, iría en detrimento de los argentinos, sus actividades productivas y acceso a servicios accesibles. 

Abrimos aquí un debate sobre la necesidad de defender lo logrado en materia de las telecomunicaciones y sus aplicaciones, en beneficio del pueblo y la nación, para no quedar sometidos a los designios del “mercado” que sabemos tiene la ganancia como objetivo prioritario. Tenemos las capacidades, las técnicas y la experiencia para no quedar relegados como Estado nación de las bondades que las nuevas tecnologías permiten. En un mundo con predominio de la producción y acumulación capitalista, que no contempla en su plenitud al ser humano, es el Estado quien debe garantizarlo.

* Alfredo Di Pato es trabajador jubilado y militante gremial en el área de telecomunicaciones.