EL SECTOR NUCLEAR ARGENTINO Y EL DECLIVE ESTRATEGICO “LIBERTARIO”

El plan de privatización de empresas y sociedades de propiedad estatal iniciado por este Gobierno (a través del DNU 70/2023,de su fracasadoproyecto de “ley ómnibus”, yde lanueva versión recortadaque en estos días negocian con gobernadores ydiputados aliados) constituye un paquete de medidas y decisiones políticas fuertemente lesivas al capital socialmente acumulado. En particular, daña irreparablemente capacidades sensibles para nuestro desarrollo científico, tecnológico y económico, así como de una política internacional autónoma.

Cecilia Conti *

Esta nueva versiónmantiene un listado de empresas a privatizar que afecta al sector nuclear argentino (SNA), y aunque se han eliminado algunas del listado original, no quedan exceptuadas de la delegación de poderes legislativos en el Presidente, lo que habilita una nuevaoleada privatista a futuro, con vulneración de nuestra soberanía.

Veamos por qué.

Cuando hablamos de industria nuclear en Argentina, podemos decir que nuestro país, junto a Brasil, es uno de los más avanzados de América Latina y uno de los 10 países con mayor desarrollo en el mundo. Cuenta con tres centrales de potencia (Atucha I, Atucha II y Embalse); una central en construcción de tipo SMR (Central Argentina de Elementos Modulares–CAREM); un reactor multipropósito desarrollado íntegramente en Argentina, RA-10, que se encuentra en sus últimas etapas de ejecución; y una larga tradición en la construcción, operación y exportación de reactores nucleares de investigación a cargo de la empresa INVAP.

Tres centros atómicos se dedican a la investigación y desarrollo de tecnología nuclear: el Centro Atómico Ezeiza, el Centro Atómico Constituyentes, y el Centro Atómico Bariloche.

 Diversas empresas conforman también parte de este conglomerado industrial desarrollado a lo largo y ancho del país: la fábrica de combustibles nucleares argentinos (CONUAR S.A.); la planta productora de agua pesada (PIAP). propiedad de la CNEA y operada por la empresa neuquina de servicios de ingeniería ENSI S.E.; la planta productora de dióxido de uranio (DIOXITEK S.A.); y la empresa estatal de Investigaciones Aplicadas (INVAP S.E.), pionera en el desarrollo de proyectos tecnológicos en los campos de la industria espacial, nuclear, de la defensa, las comunicaciones,  la energía y la medicina. Argentina cuenta además con seis reactores de investigación, cientos de centros de medicina nuclear distribuidos a lo largo de todo el país, cinco aceleradores de partículas para la producción de radioisótopos, más de 300 instalaciones que utilizan isótopos y radiaciones, y una planta de enriquecimiento de uranio.

Entre los más de 270 artículos que contiene el borrador del nuevo proyecto de ley, se prevé que NUCLEOELÉCTRICA ARGENTINA S.A. “sólo podrá ser privatizada parcialmente debiendo el Estado Nacional mantener la participación mayoritaria en el capital o en la formación de las decisiones societarias». Vale la pena destacar que la primera versión contemplabala privatización de esta empresa junto a DIOXITEK S.A y del POLO TECNOLÓGICO CONSTITUYENTES S.A. 

Este conjunto, que forma parte del Sector Nuclear Argentino, conforma uno de los aspectos nodales de la dimensión estratégica argentina y se ha desarrollado persistentemente a lo largo de más de 70 años a partir del aporte de la COMISIÓN NACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA (CNEA), pionera y columna vertebral de esta experiencia que ha atravesado exitosamente varias generaciones.

La empresa NUCLEOELÉCTRICA ARGENTINA S.A (NASA) es la empresa estatal a cargo de la generación de energía eléctrica en forma nuclear. Opera y comercializa la energía generada por nuestras centrales nucleares: Atucha I, Atucha II y Embalse, lo que representa entre un 7% y un 8% de la matriz eléctrica nacional.

En 2014 se puso en marcha la Central Atucha II, suceso que marcó un hito en el sector nuclear ya que permitió por primera vez concretar el diseño, construcción y funcionamiento de un proyecto degran envergadura. El diseño y montaje de la Central había quedado paralizado en el marco delplan de desindustrialización de la década de los 90s. Para hacerse una idea de las dificultades y los desafíos que implicaba esta tarea, señalemos que al momento del congelamiento del plan nuclear el diseño no estaba completo y requería modificaciones. Pero, además, ya no existía la empresa diseñadora, una subsidiaria de la alemana Siemens, sumado a que esta última había iniciado un proceso paulatino de retiro de la industria nuclear. Por si fuera poco, no se contaba a nivel mundial con reactores cuyos diseños tuvieran las mismas características y que pudieran servir de antecedente. Tampoco -dado el riesgo que el proyecto implicaba-, contaba con diseñadores internacionales dispuestos a participar. Todo ello hizo que sea necesario negociar el traspaso de la propiedad intelectual, lo cual llevó un largo proceso que culminó exitosamente en julio de 2006.En definitiva, todo el proyecto fue posible gracias al aporte de trabajo, ciencia y tecnología argentinos. Esta apuesta técnica y política del Estado, asumida y llevada adelante por NASA, no sólo puso en marcha la maquinaria de los sectores tecnológico-industriales directamente implicados, sino que además dio lugar a toda una dinámica de transferencia tecnológica a diferentes proveedores de todo el ámbito nacional.

Nucleoeléctrica también estuvo a cargo del proyecto de Extensión de Vida de la Central NuclearEmbalse, lo que posibilito la operación de la central a plena carga por 30 años más. En esteproyecto NASA participó articuladamente con otros componentes del sector nuclearargentino, entre ellos la CNEA e INVAP, fortaleciendo así el desarrollo industrial y tecnológico denuestro país, y generando trabajo directo a 3000 profesionales. La experiencia adquirida en laextensión de vida permitió colaborar en el reacondicionamiento de las centrales Darlington, enCanadá, y Qinshan 3, en China.

Por otra parte, NASA presta colaboración a la CNEA para producir cobalto 60, un elemento fundamental para las aplicaciones de la industria y la medicina, a partir de la irradiación de cobalto 59. La Central es una de las únicas del mundo con la capacidad de colaborar en el proceso de este material fundamental. Gracias a ello Argentina cuenta con capacidad de exportación de cobalto 60 y es uno de los principales abastecedores en el mercado mundial.

Actualmente Nucleoeléctrica participa en el proyecto CAREM, el primer reactor de potencia íntegramente diseñado y construido en el país.

También está a cargo de la extensión de vida de Atucha I, la primera central nuclear de Latinoamérica, que le permitirá seguir aportando energía limpia y segura durante 25 años más. En 2023 NASA y CNEA firmaron un convenio de asistencia técnica para desarrollos vinculados al proyecto CAREM mediante el cual la empresa estatal participará de su puesta en marcha, el entrenamiento de operadores y asesoramiento en diversas áreas técnicas como instrumentación y control, ingeniería mecánica, el montaje electromecánico, entre otras.

Con tres décadas de experiencia en el sector nuclear, la empresa se posiciona como un referenteen la operación y construcción de centrales nucleares e instalaciones relacionadas, manteniendo yrenovando un plantel de profesionales altamente capacitado de acuerdo con estándaresInternacionales.

En los últimosdías, fue de público conocimiento la situación presupuestaria que está atravesando el entramado nuclear argentino. La Comisión Nacional de EnergíaAtómicainformo que para todo el año 2024 cuenta solo con el crédito presupuestario prorrogado de 2023, y que dependendiendo del caso, podría alcanzar hasta Mayo o Junio. Este recorte afecta de manera directa a dos proyectos nucleares de vanguardia para nuestro país.

Por un lado, el prototipo reactor CAREM25, una central ubicada en la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires. Por su característica modular y de baja potencia, resulta en una central propicia para el abastecimiento de energía a zonas aisladas de los grandes centros urbanos y polos fabriles. Asimismo dispone de la capacidad de desalinizar agua de mar, entre otras aplicaciones no eléctricas. En el proyecto original se preveía que los insumos, componentes y servicios requeridos por el proyecto serian en un 70% de provisión nacional, bajo estándares internacionales de seguridad y calidad, garantizados por la CNEA. El gobierno abandona así no solamente el proyecto CAREM, sino también el desarrollo de proveedores locales altamente calificados.

El otro gran proyecto que se ve afectado por las medidas de ajuste adoptadas por el actual Gobierno, es la construcción del reactor multipropósito RA-10. La CNEA e INVAP trabajan en forma conjunta en la construcción de este reactor nuclear experimental que asegurará el autoabastecimiento de radioisótopos de uso médico, contando con capacidad para cubrir buena parte de la demanda de América Latina. Su alcance no solo radica en los aportes que podrá realizar a las áreas de la salud, sino que la ciencia, la tecnología y la industria se beneficiarán con su funcionamiento.

Conclusión

El desarrollo del Sector Nuclear Argentino, a lo largo de su historia y a través de generaciones, ha plasmado la acumulación de conocimientos científicos, técnicos y productivos que resultan distintivos en el mundo entero. Hubiese sido imposible que capitales privados, tanto locales como extranjeros, asumieran semejante inversión -y riesgo- con iguales resultados de capital social acumulado.

Estas capacidades adquiridas a cuestas del Estado y a través del esfuerzo colectivo y la persistencia, representan un aprendizaje único producto de la experiencia, que se sintetiza en una Argentina nuclear reconocida en el mundo por sus avances, y respetada por ser confiable en destinar esa capacidad para usos pacíficos.

En un contexto global que hace relevante a la energía como elemento central para las naciones, asumir el desarrollo de la actividad nuclear como un acto soberano y defenderlo no parece el rumbo del gobierno, que promueve el desfinanciamiento del sector.

*Cecilia Conti es ingeniera química graduada en la Facultad deIngeniería de la UBA y se desempeñócomo directora de Contralor del Ministerio de Defensa (2019/2023).