EL FONDO DE GARANTÍA DE SUSTENTABILIDAD ESTÁ EN PELIGRO
Celina Baron y Roberto Román *
La estrategia libertaria y su principal amenaza
A pocos días de asumir la presidencia, la Ley Ómnibus que Javier Milei envió al Congreso da un paso clave para debilitar el actual sistema de jubilaciones y pensiones, puesto que el proyecto contempla en su artículo 226 la disolución del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), cuyos activos pasarían a manos del Tesoro Nacional.
La estrategia del presidente busca vender los activos del Estado para cancelar deuda y acumular divisas, aunque no se puede desestimar que también podrían ser ofrecidos como garantía en una eventual dolarización de la economía. De llevarse a cabo dicho proyecto, significaría para el Estado la pérdida de una herramienta fundamental que garantiza el pago y actualización de los beneficios de la Seguridad Social.
La principal amenaza para los jubilados y todos los trabajadores aportantes del Sistema de Seguridad Social, sería el retorno al mismo modelo de valoración financiera que empujó a la Argentina a la profunda crisis del 2001.
Conocer para preservar y defender
Una frase que es atribuida a muchos autores, entre ellos Leonardo Da Vinci, reza: “No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama”. En este sentido, si nos proponemos comprender la verdadera dimensión de lo que significa el proyecto libertario, resulta necesario hacer un poco de historia.
A mediados de julio de 2007, a través del Decreto N° 897/07, el presidente Néstor Kirchner creó el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema Público de Reparto, considerando a este último como un bien público cuya correcta administración reviste absoluta prioridad para el Estado nacional, dado que el mismo se constituye como garantía de cobertura e inclusión social.
Esta medida tuvo como finalidad asegurar que todos los beneficiarios del Sistema Público de Reparto no se conviertanen variable de ajuste de la economía en aquellos momentos donde el ciclo económico se encuentra en fases desfavorables, contando a tales efectos con los excedentes producidos en los momentos positivos del ciclo.
Es decir que, desde su creación, la finalidad del FGS fue contribuir al desarrollo sustentable de la economía nacional, procurando garantizar el círculo virtuoso entre el crecimiento económico sostenible, el incremento de los recursos destinados al sistema previsional argentino y la preservación de los activos de dicho Fondo.
En 2008, por impulso de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se promulgó la Ley N° 26.425, cuyo objetivo fue crear el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). De esta manera, el régimen previsional argentino, público, solidario y de reparto, absorbió los fondos administrados por las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) en forma de activos financieros al FGS.
Cuando hablamos de activos financieros, nos referimos principalmente a títulos públicos, acciones de sociedades anónimas, plazos fijos, obligaciones negociables, fondos comunes de inversión, fideicomisos financieros, células hipotecarias y préstamos a provincias y beneficiarios del SIPA, entre los principales instrumentos que componen el Fondo.
Se constituyó así el principal fondo de reserva de nuestro país, a fin de instrumentar una adecuada inversión de los excedentes financieros del régimen previsional público. En este sentido, es responsabilidad de la ANSES como órgano administrador de este fondo de inversión soberano, preservar el valor y rentabilidad de los activos financieros que lo conforman. Pues el FGS es un patrimonio de afectación específica, cuyo principal objetivo es asegurar el pago de los beneficiarios del SIPA.
Es muy importante remarcar que, la creación del FGS fue acompañada por la promulgación de una serie de instrumentos legales, normativos e institucionales, cuya finalidad fue poder garantizar los controles internos (Auditoría Interna ANSES – Dirección General de Control) y auditorías externas (SIGEN – AGN – Comisión Bicameral de la Seguridad Social – Consejo del JGS – Defensoría del Pueblo de la Nación), necesarias sobre las operaciones realizadas en el mercado de capitales.
Asimismo, quedó establecida la prohibición de realizar la inversión de los fondos en instrumentos financieros en el exterior, favoreciendo principalmente el desarrollo sustentable de la economía real en nuestro país bajo los principios de seguridad y rentabilidad. Una de las inversiones específicas más importantes del FGS está orientada a los proyectos productivos, los cuales además de propiciar el desarrollo económico, posibilita la creación de trabajo genuino y registrado. Por eso hablamos de un círculo virtuoso.
Las cifras del círculo virtuoso
Fuente: ANSES
En el período comprendido entre 2008 y 2015, el valor en dólares del FGS aumentó un 179%, pasando de 24.000 millones a 66.000 millones. No sucedió lo mismo durante la administración de Mauricio Macri (2015-2019), donde se evidenció una caída del 47%.
La recuperación comenzó a ser evidente a partir del 2020, cuando el presidente Alberto Fernández promulgó la Ley N° 27.574, con el objetivo de proteger el FGS frente al pago de la Reparación Histórica, refinanciar deudas del organismo con la ANSES e impactar directamente en la economía real.
Para junio de 2023, el valor en dólares aumentó un 72%, alcanzando su máximo histórico con 76.000 millones. El financiamiento de proyectos productivos y de infraestructura registró un crecimiento de 114% interanual, lo que generó más de 100 mil nuevos puestos de trabajo. Toda una proeza si tenemos en cuenta los devastadores efectos económicos y sociales que dejó la Pandemia de COVID-19.
En cuanto al paquete accionario, entre 2019 y 2023, ascendió de 3.700 millones a 13.100 millonesde dólares, lo que implicó un aumento del 254%.
Actualmente, el FGS tiene participación en 41 empresas privadas argentinas, siendo las más importantes: Banco Macro S.A. (28,80%), Edenor S.A. (26,81%), NaturgyBan S.A. (26,63%), Distribuidora de Gas Cuyana S.A. (26,12%), San Miguel S.A. (26,06%), Ternium Argentina S.A. (26,03%) y Consultatio S.A. (24,88%).
También tiene acciones de las firmas Pampa Energía, Telecom, TGN, TGS, Metrogas, YPF, Cablevisión Holding, Molinos Agro y Molinos Río de la Plata, Mirgor, Grupo Financiero Galicia, Grupo Clarín y Ledesma, entre otras.
Las cifras son claras, contundentes, de carácter público y auditables, razón por la cual carece de todo argumento y veracidad la frase que repite como un mantra el felino libertario: “No hay plata”. Hay, es mucha y pertenece a los jubilados y trabajadores.
Es la “caja”, estúpido
La devaluación anunciada por el Ministro de Economía, tres días después del comienzo de la gestión libertaria, elevó la cotización del dólar oficial de $ 366,45 a $ 800, lo que significó unafuerte erosión de los ingresos en la población en general y para los jubilados aún más significativa. Si consideramos que,en dólares a valor nominal, un jubilado cobra actualmente menos que en el 2001, entonces elaumento tanto de la canasta de bienes básicos como de los remedios, el transportey losalquileres, deja a los jubilados en una situación de extrema vulnerabilidad.
En este escenario la pregunta del ciudadano de a pie bien podría ser: ¿cuál sería el beneficio de transferir del FGS al Tesoro Nacional?¿Quiénes son los principales beneficiarios del remate del FGS? ¿Con qué herramienta la ANSES afrontaría el pago de jubilaciones y pensiones ante la inminente crisis económica que se vislumbra?
A la vista no habría buenos augurios ya que el primer impacto sería desfinanciarun sistema que hasta el momento, con sus más y sus menos, da cobertura a una población muy numerosa que accede cada mes a una batería de prestaciones. Como consecuencia, sin el FGS el sistema quedaría sin su mayor reaseguro, cumpliéndose el anhelo de aquellos sectores interesados en mostrar un sistema quebrado posible de ser privatizado. De másestá decir que el sistemade capitalización individual demostró ser un fraude no solo para los jubilados sino también sobre los aportes de lostrabajadores.
Por otra parte, ir detrás del FGS es tambiénponer la mira en las acciones de las empresas que el fondo posee hasta el momento. Perderlas no sólo implica la venta de los activos del fondo, sino también -y como consecuencia- retirar a los directoresen las que el Estado hoy tiene participación accionaria, lo cual implicaría prescindir de voz y voto en la elaboración en los planes de inversión, o bien impedir estrategias monopólicas, entre otras auspiciosas tareas.
En síntesis, el FGS, que fue articulado con tenacidad e inteligencia, nos ha demostrado que es posible llevar adelante iniciativas fecundas desde el Estado. Capaz de generar proyectos productivos e inversiones estratégicas, el fondomostró de forma categórica las maneras de dar sustentabilidad al sistema previsional.
Sin dudas el FGS está en serio riesgo y con él los ingresos presentes y futuros de muchos argentinos. Por eso,es momento de realizar su debida defensa.
*Celina Baron y Roberto Román son autores del libro “Jubilarse en la Argentina: La reforma del Sistema Previsional de los años ’90. De la fascinación al desencanto”, Ed. Prohistoria, 2016.