Las regulaciones rusas sobre el ciberespacio

Internet rusa (RuNet), mercados digitales y defensa de los intereses nacionales

Por Dr. Ariel Vercelli*

[1] La soberanía en el ciberespacio: Las relaciones entre soberanía y ciberespacio comienzan a transitar una nueva etapa de abundantes tensiones geopolíticas y creciente complejidad. Los vínculos entre los estados y sus corporaciones tecnológicas “privadas” se tornan confusos, porosos e indeterminados: resulta complejo separar aquello que es público-estatal de aquello que, hace varios siglos, se construyó como dominio privado-mercantil-comercial. Al interior de enormes estados como los Estados Unidos de Norteamérica, la Federación de Rusia o la República Popular China se identifican procesos similares de retroalimentación: estados que “emprenden” negocios tecnológicos corporativos y corporaciones tecnológicas privadas que se abocan a “gobernar” poblaciones. ¿Y qué ocurre por afuera de estos estados y sus aliados? Nada bueno: extractivismo, vigilancia masiva, espionaje, deterioro del ambiente, manipulación de las democracias. De allí la necesidad de analizar como estas potencias regulan Internet y aplican el concepto de territorialidad al ciberespacio. Al respecto, las últimas regulaciones rusas sobre Internet y los mercados digitales tienen la máxima relevancia. A continuación se analizan, en primer lugar, la regulación de la Internet Rusa (o RuNet) y, en segundo lugar, la regulación que obliga a instalar software ruso en artefactos tecnológicos que se comercializan en su territorio.

[2] La soberanía rusa sobre el ciberespacio (RuNet): Las iniciativas rusas orientadas a lograr una Internet más soberana ya tienen más de una década y, sin dudas, se las puede relacionar con las revueltas de finales de 2013 y el posterior golpe de estado ocurrido en Ucrania en 2014. Sin embargo, no fue hasta finales de 2019 que la Internet Rusa (RuNet) comenzó a delinear su formato actual y avanzó en los aspectos tecnológicos y legales. Puntualmente, el 1 de noviembre de 2019 entró en vigencia la ley que estableció parámetros de seguridad y sostenibilidad de los servicios de Internet para posibles casos de desconexión de la red global. La ley tiene por objeto proteger la RuNet y garantizar el funcionamiento ininterrumpido de todos los servicios esenciales dentro del territorio ruso. Los escenarios que se plantean son potenciales agresiones externas (virus, ‘spam’, ataques DDoS, piratería o sanciones comerciales), catástrofes naturales o posibles fallos globales de la red de redes. La normativa obligó a todos los proveedores de Internet en Rusia a instalar equipos especiales (proporcionados gratuitamente por el gobierno) para enrutar el tráfico y fortalecer el sistema nacional de DNS (sistema de nombres de dominio y direcciones IP). Entre el 16 y el 23 de diciembre de 2019 se realizaron las pruebas bajo el nombre “Internet soberano” donde se analizaron la estabilidad y la seguridad en el tráfico de información, la Internet de las cosas, la telefonía móvil y la protección de datos personales. El centro de control y monitoreo de redes de comunicaciones de uso común pasó a estar en manos de Roskomnadzor (Servicio Federal ruso para la Supervisión de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación), que garantiza la disponibilidad de los servicios de telecomunicaciones y se comunica con los otros poderes del estado. Estas políticas soberanas sobre el ciberespacio se han mostrado efectivas para mantener los servicios críticos rusos a pesar del conflicto que mantienen desde 2022 con Ucrania y la OTAN.

[3] La obligatoriedad de instalación de software ruso: Otra de las regulaciones clave que supo introducir el estado ruso, y estrechamente relacionada a la RuNet, fue la obligatoriedad de instalación de software ruso a todos los artefactos tecnológicos que se comercializan en su territorio. Específicamente, en diciembre de 2019 la Federación Rusa sancionó una reforma al artículo 4 de la Ley de protección de los derechos del consumidor vinculada a la calidad de los productos que se venden en el país. Estableció la obligatoriedad de pre-instalación de software ruso (desde fábrica) en los dispositivos electrónicos que se comercializan en tu territorio. La reforma, en vigencia desde el 1 de julio del 2020, obliga a instalar software y aplicaciones producidos en Rusia en todos los teléfonos inteligentes, televisores inteligentes y computadoras (definidos como productos técnicamente complejos). Por un lado, se busca proteger los intereses de las empresas rusas (generando capacidades locales y trabajo) y, por el otro, se intenta reducir el número de abusos cometidos por corporaciones extranjeras. La regulación no excluye aplicaciones, pero sí obliga a que los dispositivos también tengan pre-instalado cuatro tipos de programas: navegador, antivirus, mensajería y mapas: por ejemplo, el navegador Yandex.Browser u otras aplicaciones (Yandex.Disk, Cloud Mail.ru, Rutube, Kaspersky o MTS). Los vendedores de los productos técnicamente complejos son los responsables de la pre-instalación del ‘software’ ruso y el Servicio Federal para la Supervisión de la Protección y el Bienestar del Consumidor (Rospotrebnadzor) es la autoridad de control y aplicación de la política. Las empresas tecnológicas rusas vinculadas a Internet y a las tecnologías digitales no han parado de crecer y expandirse en la última década conformando un verdadero ecosistema de servicios digitales. Rusia es uno de los pocos países que ha desarrollado un sistema completo de plataformas y servicios digitales independientes de las empresas norteamericanas y chinas. Entre otras, Yandex, Vkontakte, Mail.ru, MegaFon, Beeline, MTS o RosTelecom, M OS (sistema operativo basado en Linux).

[4] Qué muestran las políticas rusas sobre el ciberespacio: Esbozadas varios años atrás, y aceleradas por el golpe de estado en Ucrania en 2014, las políticas de Internet soberano introducidas por la Federación de Rusia le han permitido ganar independencia frente a los segmentos de Internet diseñados y controlados por EE.UU. Una de las grandes virtudes del modelo ruso fue alcanzar una solución tecnológica que fortaleciera su soberanía en el ciberespacio. Al igual que China una década atrás, Rusia también se destaca por sus políticas activas orientadas a defender, regular, innovar y expandir su Internet nacional/regional y sus mercados digitales. Las empresas tecnológicas rusas no han parado de crecer al resguardo de estas políticas nacionales y, en pocos años, han sabido construir todo un ecosistema de servicios nacionales en materia de mercados digitales. Otra de las virtudes del modelo ruso ha sido frenar el extractivismo que llevan adelante corporaciones extranjeras: se redujeron al mínimo la transferencia hacia el extranjero de los datos personales de los ciudadanos rusos. El ciberespacio soberano ruso, más allá de los esquemas de los EE.UU. y China, ha demostrado ser una solución efectiva para la defensa de sus intereses nacionales.

* Ariel Vercelli es Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), con lugar de trabajo en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS), unidad ejecutora de doble dependencia del CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Es Doctor en Ciencias Sociales y Humanas por la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), Magíster en Ciencia Política y Sociología por FLACSO Argentina, Posgrado en Informatización Nacional por la Agencia Coreana para las Oportunidades Digitales (KADO-NIA), Posgrado en Derecho de Internet por Harvard LawSchool, Posgrado en Propiedad Industrial por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Posgrado en Derecho de Autor y Derechos Conexos por la UBA, Escribano por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y Abogado por la UNMdP. Ha realizado cursos de capacitación y actualización profesional en Perú (INICTEL-ITU), Costa Rica (ICE-ITU), Corea del Sur (NIPA) y Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Ha dictado cursos de posgrado en UNQ, UNMdP, UNSAM, UNTREF, UNS, CAICYT-CONICET y ECAE-PTN. Fue docente de grado en UNMdP, FSOC-UBA y la FD-UNR. A su vez, fundó y preside Bienes Comunes A. C., fue creador y columnista del blog Agenda Digital en TÉLAM S. E. (2011 – 2013) y traductor y líder de CreativeCommons Argentina (2002 – 2010). Entre sus publicaciones se destacan: ‘Repensando los bienes intelectuales comunes’ (2009), ‘El derecho de copia’ (2013), ‘Repensando las regulaciones de Internet’ (2015) y ‘El extractivismo de grande datos (personales) y las tensiones vinculadas al voto secreto’ (2021).

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