MARTE, UNA HISTORIA BASTANTE IMPROBABLE

por Oscar Niss *

“Estaban matando a Marte. Aun sin quererlo, aun sin pensarlo, la Tierra mataba a Marte”

Crónicas Marcianas, Ray Bradbury


Elon Musk y su espacio X  siguen dando que hablar. Ahora con un deliberado apoyo a la elección de Trump como nuevo presidente de los EEUU. El mismo Musk se presentó en un acto partidario usando una gorra con el lema Make America Great Again y una camiseta de Occupy Mars, mostrando la simbología de la campaña republicana con su propia marca e imagen, sugiriendo un futuro colonizador.

Acciones tan explicitas, más la millonaria cantidad de posteos en X a favor del candidato republicano, dejan en claro que Musk compró Twitter con el objetivo de colonizar territorios desconocidos: el vasto espacio de la comunicación digital en favor de moldear sociedades.

La red social, comenzó como una plataforma de microblog para abrir nuevas fronteras en la comunicación y expresión pública, ofreciendo un espacio donde cualquiera podía participar en conversaciones globales. Musk rompe con esta idea original y arriba a Twitter con una mentalidad colonialista, viendo ese espacio como un recurso para su explotación y un ambiente para moldear una sociedad virtual que le sea funcional. 

 Al igual que en la historia de Bradbury, la expansión de X ha sucumbido a los deseos de su nuevo propietario. La red social, fue transformándose en un entorno en el que sus impactos son capaces de alterar profundamente las dinámicas sociales.

LOS MALDITOS ALGORITMOS

“Era uno de esos mundos tranquilos en los que se podía confiar. Hasta que llegamos nosotros y empezamos a mentir”, Crónicas Marcianas, Ray Bradbury

El algoritmo de plataformas como X está diseñado para mostrar contenido que sea más relevante para cada usuario, basado en sus interacciones y preferencias. Aunque desconocemos los detalles específicos, generalmente los algoritmos funcionan a través de los siguientes principios: interacciones previas, qué cuentas se siguen o leen, tendencias globales, locales y populares, tiempo de permanencia, relaciones, contenidos multimedias consumidos, deseos de compras, viajes y todo tipo de consultas en los buscadores.

El problema es que el algoritmo de X no solo personaliza el contenido según las preferencias ya establecidas de los usuarios, sino que también puede influir activamente en esas preferencias de varias maneras. A medida que el algoritmo aprende sobre los gustos de un usuario, también puede procurar modificar sus patrones de comportamiento y sus intereses, linderos a sus zonas de confort.

Cómo lo hacen: En primer medida reforzando los Intereses actuales, en un efecto de retroalimentación, en el que el usuario colono de ese espacio (X), ve más de lo que le gusta, lo que a su vez refuerza ese comportamiento, haciendo que se genere un círculo vicioso.

En segunda instancia, manteniendo al colono en lo que se conoce como Burbuja de Filtro, donde ve repetidamente un conjunto limitado de ideas, lo que puede restringir su visión del mundo y reforzar sus creencias preexistentes. Cada vez que un usuario interactúa con un contenido específico, el algoritmo lo refuerza, creando la Burbuja de influencia, que distorsiona la percepción de la realidad de quien interactúa con él.

Luego, lleva al colono a visitar Nuevas Áreas de Interés, a terrenos linderos, similares a sus preferencias, pero que son ligeramente diferentes, generando una exposición gradual a nuevos temas o tipos de contenido. Cerrando el ciclo, en una simplificación, con la Exposición a Contenido Polarizado, que suele generar más interacciones (por ser emocionalmente provocador), puede modificar las percepciones y preferencias.

Por lo cual, a medida que el usuario interactúa con la plataforma, sus deseos pueden volverse más definidos y a veces incluso más polarizados, dependiendo de la naturaleza del contenido que el algoritmo elige mostrarle y al terreno que elige dirigirlo. Esto puede tener un impacto significativo en cómo el usuario percibe el mundo y con qué tipo de sociedad desea convivir.

A CADA REGIÓN UN ALGORITMO

“Los hombres de la Tierra no traían ideas nuevas. Simplemente traían viejas ideas a un mundo nuevo” Crónicas Marcianas, Ray Bradbury

Los algoritmos de plataformas como X pueden variar según los países o regiones, y esto puede influir en las tendencias que se promueven o en el tipo de contenido que se recomienda. Las variaciones regionales pueden ser tanto intencionales, como el resultado de factores culturales o normativos legales. Es interesante repasar el caso de X en Brasil, y su confrontación legal publicado en el Número 22 de esta revista.

A modo de ejemplo, en Alemania, la Ley de Aplicación de Redes (NetzDG), vigente desde 2017, obliga a las plataformas de redes sociales a eliminar contenido ilegal, como incitación al odio o material nazi, dentro de las 24 horas siguientes a su denuncia. Si no cumplen, las empresas pueden enfrentar multas de hasta 50 millones de euros. Por lo cual plataformas como Meta, X, Instagram y YouTube han adaptado sus políticas y algoritmos para cumplir con las leyes alemanas.

Ese cumplimiento, lo llevan adelante con un trabajo de moderación específica para Alemania, operando con equipos dedicados para revisar contenido denunciado en Alemania bajo los parámetros del NetzDG e incluso con Geobloqueo de contenido, bloqueando en este caso los contenidos de aplicación de la ley, únicamente para usuarios alemanes.

Como se ve, no sólo existen restricciones en las promocionadísimas políticas restrictivas de China, Corea del Norte o Pakistan. Las políticas de restricción legal de contenido, pueden aplicarse perfectamente en el informe espacio cibernético. 

En países con leyes como la Ley de Protección de Datos Personales de Europa (GDPR), los algoritmos suelen estar diseñados para ser más transparentes y respetar la privacidad de los usuarios de acuerdo con las normativas locales, de nuevo, cumpliendo normativas impuestas por las naciones.

De la misma manera, y volviendo al principio de esta historia, así como se filtra contenido se inyecta  durante una campaña electoral, los usuarios en un país podrían ver más contenido relacionado con los candidatos o las propuestas políticas nacionales de la preferencia de los algoritmos, mientras que en otro país el contenido electoral puede ser menos prominente. El campo que le interesa a X y su colonizador Musk.

LA COLONIZACIÓN

“Eran hombres que venían a explorar Marte y a construir en él una colonia, y acababan destruyendo el lugar en el que pretendían vivir” Crónicas Marcianas, Ray Bradbury 

Es evidente que desde que Elon Musk adquirió Twitter en 2022, la plataforma ha experimentado una serie de cambios que han llevado a una mayor polarización de opinión y a un enfoque más explícito en temas políticos. Varios factores desde la adquisición de Musk han influido en su mayor vinculación con estas cuestiones.

Una de las primeras medidas de Musk tras la compra de X fue revertir ciertas políticas de moderación de contenido, lo que permitió que más opiniones extremas y discursos políticos se expresaran sin restricciones, incluso permitió la vuelta de cuentas anteriormente suspendidas. Una de esas cuentas es la del mismo Donald Trump. A quien, Twitter, aunque también Facebook, Instagram y YouTube, le bloquearon las cuentas después de la publicación de una serie de mensajes incendiarios durante el asalto al Capitolio, el pasado 6 de enero de 2021

A medida que se permitió la proliferación de opiniones más extremas, se ha generado una mayor polarización, que se refleja en el contenido mostrado en las recomendaciones del algoritmo, sobre todo en temas políticos y controversiales. Abre aquí una paradoja que refiere a la comunicación masiva personalizada,  microsegmentada, una suerte de oxímoron.

Otro aspecto de los cambios, es que la plataforma se ha reestructurado incrementando la visibilidad política, incorporando más funciones relacionadas con las noticias y la información política, aumentando sus originarios 140 caracteres del 2017. Por ejemplo, se ha incrementado la promoción de noticias en tiempo real, comentarios políticos y debates en torno a eventos políticos internacionales.

Esto quedó claro en elecciones como las de EE.UU. o anteriormente Brasil, por ejemplo, donde los algoritmos se han utilizado intensamente evidenciando estrategias políticas y atacando a rivales partidarios. No quedó de lado la desinformación, fake news y el consecuente intento de torcer voluntades del elector.

Justamente la desinformación y el control de narrativa política, es lo que ha llevado a la plataforma a ser más susceptible a las acusaciones de influir en procesos electorales y la manipulación de opiniones. En ese sentido, los algoritmos favorecerían la relevancia de ciertos Hashtags, que contribuyen a darle cierta intencionalidad a esa manipulación.

Otro tema en el que X ha retrocedido, es en el control de los Bots o perfiles falsos y trolls. No es difícil detectarlos en momentos de campañas masivas de información política, aunque pareciera que lo es para los algoritmos.

Con estas modificaciones, X ha alterado profundamente el paisaje social y político, especialmente en el contexto de las elecciones. Los colonos en X, con una pequeña ayuda de los algoritmos, han usado la plataforma para moldear narrativas, polarizar opiniones, e influir en la percepción pública sobre candidatos y políticas. Así, las elecciones se convirtieron en una batalla mediática dentro de X, donde las percepciones y los algoritmos probablemente hayan impactado en el resultado de elecciones, afectando indudablemente las decisiones soberanas de los pueblos y degradando las democracias.

THE GUARDIAN SE BAJA DEL VIAJE A MARTE

“Esto es algo que hemos estado considerando durante un tiempo dado el contenido a menudo perturbador que se promociona o se encuentra en la plataforma, incluidas teorías de conspiración de extrema derecha y racismo. La campaña electoral presidencial de EE. UU. solo sirvió para subrayar lo que hemos considerado durante mucho tiempo: que X es una plataforma mediática tóxica y que su propietario, Elon Musk, ha podido utilizar su influencia para moldear el discurso político”.

El escueto comunicado de The Guardian, anunciando el abandono de la Red, es uno más de las contundentes señales que siguen poniendo en evidencia las intenciones de Musk con su adquisición de Twitter. Esta señal va en línea con litigios que ha tenido la red con algunos Estados.

Texas aprobó una ley que prohíbe a las grandes plataformas de redes sociales eliminar contenido basado en el punto de vista político. La red X se opuso, argumentando que violaba su derecho a decidir qué contenido se publica en su plataforma. El caso llegó a la Corte Suprema en 2023, aun sin resolución.

En Irlanda, en 2021, Twitter fue multado con 450,000 euros por un fallo en su sistema de notificación de violaciones de datos. En Francia, ha enfrentado multas por no eliminar rápidamente contenido relacionado con discurso de odio y desinformación, como establece la Ley Avia. India, Brasil, Turquía, Rusia, Araba Saudita son más ejemplos de países que han confrontado legalmente con X.

En Argentina, el informe Muteadas de Amnistía Internacional advierte sobre los efectos en el retroceso de la libertad de expresión para mujeres y diversidades sexuales: “El 63,5% de las periodistas mujeres y con diversas identidades de género fueron víctimas de violencia digital, en los últimos seis años, en Argentina. Todas ellas fueron insultadas; el 85,6% sufrieron hostigamiento o trolleo; el 45,9% recibió amenazas de violencia sexual o fue acosada y al 44% le llegaron amenazas de violencia física”.

UNA HISTORIA BASTANTE IMPROBABLE

Musk planea colonizar Marte en 20 años y, para eso, el primer prototipo del proyecto tendrá su expedición debut en 2026 cuando la nave espacial haga su vuelo orbital.

Las intenciones conquistadoras de X y de Marte tendrían un correlato, ambos territorios, uno de piedra y otro de datos, ya no serían los mismos. La colonización no solo alteraría el entorno, sino también a quienes lo habitan, dejándonos una lección muy marciana: a veces, el deseo de control y expansión lleva inevitablemente a la desintegración de aquello que se busca construir.

* Oscar Niss es Licenciado en Administración Pública, maestrando en Derecho Internacional y fue Subsecretario de Ciberdefensa en Argentina (2019-2023)